jueves, 30 de septiembre de 2010

viernes, 20 de agosto de 2010

domingo, 8 de agosto de 2010

sábado, 7 de agosto de 2010

jueves, 29 de julio de 2010

El Chamamé!!!!!

Introducción:
El chamamé es un género bailable de música folclórica argentina, correspondiente a la música litoraleña. Es escuchado sobre todo, en la provincia de Corrientes, Norte de la Provincia de Entre Ríos, Centro-Este de Formosa, Noreste de Santa Fé, Este de la Provincia de Chaco y en toda la provincia de Misiones, región denominada Litoral argentino. La palabra chamamé proviene de la frase en idioma guaraní "ñe'ẽ mbo'e jeroky", que quiere decir "cantos danzas".
Se caracteriza por una disposición musical poli-rítmica en la que la estructura de apoyo (bajo-base) se ejecuta en pie binario (3/4), mientras que la melodía, es decir el canto como los instrumentos de rasgueo, se sobreponen melódica y tonalmente con una estructura ternaria (6/8).
La danza puede tener un ritmo alegre y animado, o, por el contrario, ser triste y alegórica.
Origen del estilo musical y del vocablo chamamé
El Chamamé es un estilo musical con raíces indígenas, su base musical es guaraní. A esta base musical guaraní, con el tiempo, se le agregaron influencias jesuitas, españolas, y sobre todo alemanas (el acordeón, bandoneón y un poco en su compás). Este ritmo tradicional argentino, se podría definir de la siguiente manera: ritmo originalmente indígena, perfeccionado con el tiempo y las distintas influencias que tuvo, entre las cuales destaca la alemana. Lo guaraní se puede ver por ejemplo en el "sapucai" y lo alemán en el acordeón, ya que cualquier grupo de chamamé tiene un acordeón (sea de teclas y pistones o de pistones a los dos lados), un bandoneón o ambos instrumentos. A continuación se explica todo esto, más detalladamente y con reseñas historicas y notas de historiadores.
Es posible que este vocablo haya nacido, o sea originario de algún lugar de la región que representa; o que el pueblo lo haya exhumado de su bagaje tradicional, donde estaba adormecido. Acertada o no, real o ficticia la denominación de chamamé, el pueblo aceptó la misma, y así la difunde.
Si bien son relativos los antecedentes sobre los que pueda basarse un análisis cierto y valedero referido a los orígenes, de la denominación y sus implicancias, podemos remontarnos en las paginas del tiempo, al siglo XVII; y geográficamente al nordeste correntino, más propiamente determinado por las orillas del Rió Uruguay. Allí, tuvieron su asentamiento las raíces étnicas de nuestra raza guaraní (según lo que se conoce), fuertemente influenciadas por las corrientes jesuíticas, que en los albores del año 1600, fundaron las primeras reducciones.
Algunos de los instrumentos mencionados por Noya, se perdieron a través del tiempo, tal como: congoera (flauta grande hecha con hueso); tururu (trompeta fabricada indistintamente con asta de caña); mburé (trompeta de tacuara); mbaracá (especie de guitarra cuya caja era de calabaza y constaba de cinco cuerdas); guatapú (bocina para atraer los peces); mimby (flauta de tacuara, similar a la quena); ectc. ; cuyos antecedentes llegaron hasta nuestros días, únicamente a través de las obras de algunos musicólogos.
El cordófono (arpa) también se perdió en el tiempo, y actualmente, es utilizada casi con exclusividad en la República del Paraguay. Otro producto del ingenio musical guaraní, fue el que emulado, habría llegado a ser el acordeón que en 1829 perfeccionaron Damián de Viena (quien fue el primero en patentar un acordeón) y Sir Charles Wheatstone, creador de los bajos. Sucesivamente aportaron reformas al instrumento, C. Buschmann y Bussón, en 1840.

Consideramos que el instrumento guaraní indicado, se trataba de una caja de madera con agujeros a la cual se le insuflaba viento por un sistema de fuelle manual; copiado del fuelle a pedal del órgano y similar al usado en la fragua, ambos elementos introducidos en la cultura guaranítica por los jesuitas.
Los sonidos de dicho instrumento, se lograban tapando destapando con los dedos, los agujeros de la caja; en actitud similar a la digitación que actualmente se realiza con los botones del acordeón.

Así como la raza guaraní tenía su música propia y fabricaba sus propios instrumentos musicales (algunos de los cuales trascendieron perfeccionados), también los guaraníes tenían su especial denominación para sus danzas; ya fueran estas religiosas, guerreras o alegres.
Al sonido musical lo llamaban pú, y a la música mbaepú; y a la acción de ejecutar, mbopu; al canto lo llamaban purajhei y a las danzas en general, la denominaban jeroky [yerokï), con todas las derivaciones y alcances del vocablo.
Hasta hace poco, hasta la palabra chamamé se fue olvidando; pero como la música supervivió en el alma del pueblo, transaron los persiguidores en disfrazarla con el nombre extranjero de polka.

El Chamamé: danza de pareja enlazada.
Antes de adentrarnos en los detalles de las danzas y atuendos típicos correntinos, debemos aclarar que al respecto, no han quedado rastros lo suficientemente claros en las historia de nuestra cultura guaraní. Por ello, nos versamos en lo que a nuestro juicio, es lo más puro que ha trascendido a través del tiempo.
El chamamé es una danza alegre y animada. El bailarín y la dama tienen en él, la oportunidad de lucir toda su habilidad y destreza si quieren o pretenden efectuar todos los pasos de baile, cambios de figuras, zapateos y largadas.
El bailarín debe seguir con gran atención la ejecución de la música, para ir adaptando a ella los adornos de su danza.
Vale decir que el buen bailarín de chamamé inicia el zapateo cuando la música se presta a ello, realiza sus figuras y larga a la dama en sus floreos, solamente ante la invitación y/o sugestión del ritmo con sus distintos pasajes o matices.
El correntino jamás cambia de paso o de figura a destiempo y hasta su sapukay (festejando el final de una destreza) es siempre oportuno y concordante con los compases que marca su danza.
Por su parte, la dama se dedica fundamentalmente a efectuar el acompañamiento de la creatividad coreográfica de su pareja, realizando moderados requiebros de hombros y cintura, de acuerdo con la cadencia del ritmo que se baila.
El chamamé es una danza de "pareja enlazada", porque el caballero toma con la mano izquierda la derecha de la dama, a la que mantiene a la altura de su hombro o apoyando en su cintura, mientras que con su mano derecha la toma de la cintura o de la zona media de la espalda. La mano izquierda de la dama se apoya sobre el hombro derecho del caballero. Ambos quiebran sus cinturas para juntar las partes superiores de sus torsos. Entrecruzando sus cabezas hasta quedar mejilla con mejilla o reclinar su cabeza en el hombro de su acompañante.
Esta danza no se rige por una determinada coreografía de conjunto, lo que da ocasión de lucimiento a creadores de paso y figuras.

Pasos característicos del chamamé
Trancado o trancadito: es el paso se realiza adelantando el pie izquierdo acompasadamente, apoyando el cuerpo sobre el mismo, con un leve requiebro. Por su parte el pie derecho se aproxima al izquierdo, apoyándose en "media punta", conformando así la denominada trancada o trancadita . Luego, con una doble flexión de rodillas, se eleva el cuerpo hasta lograr la posición original para recomenzar el movimiento cambiando el pie.
Durante todo este movimiento el bamboleo del torso a izquierda y derecha, va marcando el compás de la música.
Arrastrado o quebrado: Este es un paso de raigambre en la zona central de la provincia de corrientes (Mercedes, Curuzú Cuatiá, etc.). Este movimiento comienza deslizando el pie izquierdo hacia delante en forma de semiovalo , realizando al mismo tiempo una gran flexión de rodillas que permite la caída o "zambullida" hacia delante, con todo el cuerpo. Luego, el pie derecho se arrastra de igual manera buscando al izquierdo, permitiéndose así recobrar la verticalidad del cuerpo con cadencia y suavidad. Una vez llegado a la postura original los bailarines quedan detenidos por una fracción de segundos, como "tanteándole" a la música antes de sacar el otro pie para realizar la misma figura hacia el otro lado.

Ritmos característicos del Chamamé
Kireí (Brioso): Este es un ritmo vibrante que permite el lucimiento del zapateador. Existen dos estilos típicos para bailarlo. Uno es zapatearlo del principio al fin. El otro, es alternado el zapateo con los pasos del baile Trancado o Arrastrado, en cualquiera de sus modalidades.Cangüí (Lento-cadencioso): Este ritmo por su lentitud no permite prácticamente el zapateo. Además, es la suavidad de su melodía y la cadencia de su música, lo que permite que se haya constituído (junto al rasguido doble), en el ritmo ideal para efectuar las conquistas amorosas del paisano. Aquí se entremezclan indistintamente los pasos de baile característicos enunciados anteriormente.

domingo, 25 de julio de 2010

Danzas!!!!:)

El loncomeo
Es una danza grupal de origen mapuche, propia del suroeste argentino, que se baila principalmente con movimientos de cabeza. Su nombre resulta de la composición de dos voces: lonco, que significa: cabeza, y meu, que quiere decir: bajar. Acompañada por la expresión musical que también lleva ese nombre y que se ejecuta por medio de cajas y cuernos, la danza consiste en correr, saltar, agacharse, erguirse con movimientos pantomímicos de la fauna regional, mientras se mueve fuertemente la cabeza. Es frecuente su realización como parte de ceremonias rituales de índole religiosa, en la que los participantes practican una suerte de desafío a la resistencia física, resultando vencedor el que permanece más tiempo en pie.
El malambo
El malambo nació en las soledades pampeanas, allá por el año 1600. Dentro de nuestros bailes, es una excepción el que carezca de letra. Las guitarras acompañan esta danza ejecutada únicamente por hombres. El bailarín se luce en el zapateo, la cepillada (roce de la planta del pie contra el piso), el repique (golpe con el taco y la espuela) o los floreos. Sus pies apenas tocan el suelo. Las evoluciones del bailarín, cruzando las piernas, zapateando enérgicamente o haciendo dibujos con boleadoras y lazos son sorprendentes. El malambo, dentro de los bailes tradicionales, equivale a la "payada de contrapunto” en el canto: un verdadero torneo de habilidad gauchesca. En dichas competencias no hay límite de competidores, de a uno van exponiendo sus "mudanzas" y gana quien mejor realiza la mayor variedad de figuras. Una especie singular consiste la modalidad “A devolver figuras”, en la que sólo compiten dos hombres, los cuales están obligados a retrucar indefinidamente la figura que les propone el contrincante, cuyo lugar de inicio está determinado por sorteo. Cuando uno de los dos no puede devolver la mudanza de su adversario se da por terminada la competencia. Actualmente, el malambo reconoce dos estilos: el sureño (Provincia de Buenos Aires y la región pampeana) y el norteño. En el primero, las figuras son suaves, el bailarín muestra ingenio y habilidad, dejando a un lado la rudeza. El segundo, en cambio, se caracteriza por un compendio de destreza, brío, y agilidad.

El pericón
Se trata de un baile típico muy elegante de la llanura pampeana. En el pasado, recibió el nombre de "baile de cuatro", en razón de ser ése el mínimo de parejas necesarias y porque la coreografía de la danza primitiva se componía de sólo cuatro figuras llamadas, por su orden: demanda o espejo, postrera o alegre, cadena y cielo. A cada una de ellas corresponden varios movimientos distintos, que se ejecutan de acuerdo con las órdenes que dan, según el caso, el cantor o el "bastonero" –especie de director– y siguiendo el ritmo de vals lento o sobrepaso, característico de todos los pericones. El "bastonero" debe ser elegido con sumo cuidado, ya que de su ingenio depende, en gran parte, el éxito del baile. Uno de los agregados relativamente recientes es el "pabellón", donde los bailarines tomados del brazo forman un círculo y cada pareja al compás de la música, con las manos libres, extiende un pañuelo por encima de las cabezas, intercalándose los colores azul y blanco de la bandera argentina.
El remedio
Consiste en una danza de pareja suelta o independiente que, al igual que la zamba o la arunguita, emplea el pañuelo como accesorio fundamental. Hay documentación confiable que da cuenta de que se bailó en el noroeste, centro y sur del país, desde medidos de siglo XIX.
El tango
Es el célebre baile rioplatense difundido internacionalmente, de parejas enlazadas, forma musical binaria y compás de dos por cuatro. Surgió en los suburbios de la ciudad de Buenos Aires a fines del siglo XIX, en pleno proceso de transformación en una gran urbe. La convivencia de inmigrantes, negros y gauchos que llegaban al puerto luego de quedarse sin trabajo en el ejército o como consecuencia de la instauración de los grandes latifundios, hicieron del tango un producto cultural único en el mundo. En su origen las canciones eran solamente instrumentales, ejecutadas por tríos de guitarra, violín y flauta, a cuyos compases las parejas bailaban enlazadas. Más tarde incorporó el bandoneón – instrumento procedente de Alemania–, que le daría su sonido característico. En sus primeros años de vida era ejecutado y bailado en prostíbulos, razón por la cual sus primeras letras fueron de contenido vulgar y chabacano. Los grandes poetas con sus letras que evocan el amor frustrado y el arrabal que fue, entrarían en escena en la segunda década del siglo XX, a partir de “Mi noche Triste” de Pascual Contursi, tema que describe los sentimientos de un hombre abandonado por su mujer, grabado por Gardel en 1917 y que dio origen a lo que más tarde se denominó “tango– canción”.



La calandria
Danza de pareja suelta e independiente, tuvo alguna preponderancia en las Provincias de San Luis, Santa Fe y Córdoba. Hay testimonios y registros de ella principalmente en la provincia puntana que datan de 1840.
La chacarera
La chacarera es una danza alegre y pícara. Su origen no es preciso, pero se le adjudica como cuna de nacimiento la Provincia de Santiago del Estero, desde donde se difundió a lo largo del país. Es de ritmo vivo, alegre, apicarado por su galante juego pantomímico. Se baila en parejas sueltas y el zapateo es constante. Hay de ella una variante, llamada chacarera doble.
La cueca
Hermana de la zamba, de su homónima chilena, de la marinera peruana y de otras danzas similares, hijas todas de la zamacueca del Alto Perú (o de ella derivadas), la cueca es una de los bailes que más arraigo tuvo en Argentina, en cuyas regiones cuyana y norteña aún conserva vigencia. Ingresó a nuestro país por dos vías: primeramente por la Provincia de Mendoza, desde donde se difundió al resto del país y derivó en la cueca argentina o cuequita (para distinguirla de la chilena). Posteriormente, la cueca marinera (como se la denominó en Perú) entró desde Bolivia y hoy se la conoce como cueca norteña. Cabe señalar que esta danza fue proclamada en 1979 baile nacional oficial de Chile.
La milonga
La milonga "campera" es ligera, pero no tanto como la urbana, se interpreta con guitarra y no tiene coreografía. En cuanto al aspecto estrictamente musical, se la vincula directamente con la habanera y el tango, aunque tiene un ritmo mucho más rápido que éste y sus letras suelen ser picarescas. Jorge Luis Borges la prefería por la ausencia de melancolía, rasgo tan característico del tango y compuso incluso su “Milonga para Francisco Chiclana" en la que evoca a un corajudo cuchillero de tal nombre. La milonga, entendida como lugar en el que se baila indistintamente tango y milonga, suele ser el salón de un club o cualquier otro local destinado a ese fin. Hombres y mujeres se sientan a unas mesas colocadas alrededor de la "pista" y la invitación a bailar obedece a una regla estricta: el hombre desde cierta distancia "cabecea" a la mujer, es decir, le hace una señal inclinando la cabeza, y ella acepta o rechaza el convite, en este caso, también con la cabeza. Las mujeres "milongueras" han sido objeto de dedicatoria de varios tangos, cuyas letras suelen aludir a un pasado humilde y a un presente en el que la frecuentación de las milongas de lujo les permite relacionarse con hombres adinerados (los "bacanes"), vínculo que sugiere un modo de prostitución.

Danzas Argentinas!!!

El Candombe
La palabra candombe aparece por primera vez en una crónica del escritor Isidoro de María (1808–1829). Su génesis se remonta hacia fines del siglo XVIII en el Uruguay y en Argentina, con su característico tamboril y sus personajes prototípicos. Originalmente concebida como pantomima de la coronación de los reyes congos, imitando en la vestimenta y en ciertas figuras coreográficas, las costumbres de los reyes blancos, aunó elementos de la religión bantú y la católica. En una etapa inicial se enriqueció con figuras de contradanza, cuadrilla y otros elementos coreográficos asimilados hábilmente de la cultura blanca. En la ciudad de Buenos Aires, los barrios de San Telmo, Monserrat, La Concepción y Santa Lucía, congregaban multitudes al compás de su ritmo. Fue decreciendo paralelamente con la extinción de la raza negra, diezmada por las guerras y epidemias, y con el caudal inmigratorio que desplazó a los morenos del servicio doméstico, de los oficios artesanales y también de los puestos callejeros.

El Carnavalito
Pertenece al grupo de las grandes danzas colectivas, es jovial, se ejecuta alegremente a modo de juego inocente y familiar. Se bailó en América desde antes del descubrimiento; ha perdurado y hoy sigue practicándose en la región del NOA, especialmente en el centro y norte de Salta y Jujuy. Los bailarines suelen moverse en torno a los músicos o en hilera. Una mujer o un hombre con un pañuelo (a veces un banderín con cintas) en la mano se encarga de dirigir a los demás. Todos cantan la misma copla o entrecruzan improvisaciones. Los danzantes forman filas del brazo o de la mano, también lo hacen los niños y hasta los lactantes sujetos a la espalda de las madres. Las figuras son sencillas: apenas la rueda, la doble rueda, la hilera de itinerario libre y algunas pocas más. Es común el trote, que consiste en una larga fila que forman los bailarines de a dos, tomándose del brazo.

El Chamamé
Es una modalidad musical y coreográfica con epicentro en la Provincia de Corrientes, muy extendida también a las de Chaco, Formosa, Misiones y norte de Entre Ríos. El sur de Misiones y parte del este de Formosa participan de su vigencia, aunque comparten preferencias con la polka y las especies secundarias emparentadas (galopa, guarania, etc.). En su origen se integraron los rasgos culturales del guaraní y del español. Según el célebre compositor Antonio Tarragó Ros: “En el Archivo de Indias, en España, hay documentación que demuestra que nuestra música ya existía cuando llegaron las misiones jesuíticas a Yapeyú. Los jesuitas instalaron en esa zona la fabricación más grande de instrumentos musicales del Río de la Plata y se cree que el acordeón nos llegó con ellos, para suplantar al órgano en la liturgia. Lo cierto es que al chamamé le vino bien por la escala diatónica y así se fue incorporando. En la época de la colonia las damas de la sociedad aprendían a bailarlo con maestros indios". Consiste en una danza en la que los cuerpos de las parejas se estrechan entre sí, plena de gracia y fino erotismo.

El Cielito
Se trata de una danza criolla de pareja suelta y pertenece a la generación de las graves como el pericón. Su coreografía adopta modalidades propias de los bailes picarescos y alegres, como los castañeteos y los movimientos ingeniosos.

El Cuando
Consiste en una danza cortesana bailada desde principios del siglo XIX, tanto en los ambientes rurales, como en los salones patricios o aristocráticos. Su difusión alcanzó las regiones de Cuyo, Centro y Sur. De pareja suelta e independiente, con aire de minué y de gato, combina en su coreografía múltiples pasos: grave simple (iniciado con pie derecho), pasos naturales y paso básico (iniciado con pie izquierdo).



El gato
Es una danza criolla alegre que puede ser ejecutada por una o dos parejas. Se bailó en nuestro país desde antes de 1820 y nos llegó posiblemente desde el Perú, extendiéndose en la campaña hasta la Provincia de Córdoba y luego hacia todo el país. Bailado por todas las clases sociales, representa un discreto juego amoroso donde el caballero simula cortejar a la dama y, persiguiéndola, trata de conquistarla; luce para ella las mejores figuras en sus zapateos, realizando a veces increíbles piruetas hasta obtener su correspondencia en la coronación final. Se convirtió, sin lugar a dudas, en el más popular de los bailes de la llanura, al igual que el malambo, y se lo conoció también con otros nombres como: "gato mis–mis", "mis–mis" o "perdiz”. Era raro antaño, que el gaucho no supiese rasguear un poco la guitarra y entonar las coplas del "gato" o los repetidos acordes del "malambo", motivo por el cual devino en uno de los bailes más elegidos.
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