jueves, 29 de julio de 2010

El Chamamé!!!!!

Introducción:
El chamamé es un género bailable de música folclórica argentina, correspondiente a la música litoraleña. Es escuchado sobre todo, en la provincia de Corrientes, Norte de la Provincia de Entre Ríos, Centro-Este de Formosa, Noreste de Santa Fé, Este de la Provincia de Chaco y en toda la provincia de Misiones, región denominada Litoral argentino. La palabra chamamé proviene de la frase en idioma guaraní "ñe'ẽ mbo'e jeroky", que quiere decir "cantos danzas".
Se caracteriza por una disposición musical poli-rítmica en la que la estructura de apoyo (bajo-base) se ejecuta en pie binario (3/4), mientras que la melodía, es decir el canto como los instrumentos de rasgueo, se sobreponen melódica y tonalmente con una estructura ternaria (6/8).
La danza puede tener un ritmo alegre y animado, o, por el contrario, ser triste y alegórica.
Origen del estilo musical y del vocablo chamamé
El Chamamé es un estilo musical con raíces indígenas, su base musical es guaraní. A esta base musical guaraní, con el tiempo, se le agregaron influencias jesuitas, españolas, y sobre todo alemanas (el acordeón, bandoneón y un poco en su compás). Este ritmo tradicional argentino, se podría definir de la siguiente manera: ritmo originalmente indígena, perfeccionado con el tiempo y las distintas influencias que tuvo, entre las cuales destaca la alemana. Lo guaraní se puede ver por ejemplo en el "sapucai" y lo alemán en el acordeón, ya que cualquier grupo de chamamé tiene un acordeón (sea de teclas y pistones o de pistones a los dos lados), un bandoneón o ambos instrumentos. A continuación se explica todo esto, más detalladamente y con reseñas historicas y notas de historiadores.
Es posible que este vocablo haya nacido, o sea originario de algún lugar de la región que representa; o que el pueblo lo haya exhumado de su bagaje tradicional, donde estaba adormecido. Acertada o no, real o ficticia la denominación de chamamé, el pueblo aceptó la misma, y así la difunde.
Si bien son relativos los antecedentes sobre los que pueda basarse un análisis cierto y valedero referido a los orígenes, de la denominación y sus implicancias, podemos remontarnos en las paginas del tiempo, al siglo XVII; y geográficamente al nordeste correntino, más propiamente determinado por las orillas del Rió Uruguay. Allí, tuvieron su asentamiento las raíces étnicas de nuestra raza guaraní (según lo que se conoce), fuertemente influenciadas por las corrientes jesuíticas, que en los albores del año 1600, fundaron las primeras reducciones.
Algunos de los instrumentos mencionados por Noya, se perdieron a través del tiempo, tal como: congoera (flauta grande hecha con hueso); tururu (trompeta fabricada indistintamente con asta de caña); mburé (trompeta de tacuara); mbaracá (especie de guitarra cuya caja era de calabaza y constaba de cinco cuerdas); guatapú (bocina para atraer los peces); mimby (flauta de tacuara, similar a la quena); ectc. ; cuyos antecedentes llegaron hasta nuestros días, únicamente a través de las obras de algunos musicólogos.
El cordófono (arpa) también se perdió en el tiempo, y actualmente, es utilizada casi con exclusividad en la República del Paraguay. Otro producto del ingenio musical guaraní, fue el que emulado, habría llegado a ser el acordeón que en 1829 perfeccionaron Damián de Viena (quien fue el primero en patentar un acordeón) y Sir Charles Wheatstone, creador de los bajos. Sucesivamente aportaron reformas al instrumento, C. Buschmann y Bussón, en 1840.

Consideramos que el instrumento guaraní indicado, se trataba de una caja de madera con agujeros a la cual se le insuflaba viento por un sistema de fuelle manual; copiado del fuelle a pedal del órgano y similar al usado en la fragua, ambos elementos introducidos en la cultura guaranítica por los jesuitas.
Los sonidos de dicho instrumento, se lograban tapando destapando con los dedos, los agujeros de la caja; en actitud similar a la digitación que actualmente se realiza con los botones del acordeón.

Así como la raza guaraní tenía su música propia y fabricaba sus propios instrumentos musicales (algunos de los cuales trascendieron perfeccionados), también los guaraníes tenían su especial denominación para sus danzas; ya fueran estas religiosas, guerreras o alegres.
Al sonido musical lo llamaban pú, y a la música mbaepú; y a la acción de ejecutar, mbopu; al canto lo llamaban purajhei y a las danzas en general, la denominaban jeroky [yerokï), con todas las derivaciones y alcances del vocablo.
Hasta hace poco, hasta la palabra chamamé se fue olvidando; pero como la música supervivió en el alma del pueblo, transaron los persiguidores en disfrazarla con el nombre extranjero de polka.

El Chamamé: danza de pareja enlazada.
Antes de adentrarnos en los detalles de las danzas y atuendos típicos correntinos, debemos aclarar que al respecto, no han quedado rastros lo suficientemente claros en las historia de nuestra cultura guaraní. Por ello, nos versamos en lo que a nuestro juicio, es lo más puro que ha trascendido a través del tiempo.
El chamamé es una danza alegre y animada. El bailarín y la dama tienen en él, la oportunidad de lucir toda su habilidad y destreza si quieren o pretenden efectuar todos los pasos de baile, cambios de figuras, zapateos y largadas.
El bailarín debe seguir con gran atención la ejecución de la música, para ir adaptando a ella los adornos de su danza.
Vale decir que el buen bailarín de chamamé inicia el zapateo cuando la música se presta a ello, realiza sus figuras y larga a la dama en sus floreos, solamente ante la invitación y/o sugestión del ritmo con sus distintos pasajes o matices.
El correntino jamás cambia de paso o de figura a destiempo y hasta su sapukay (festejando el final de una destreza) es siempre oportuno y concordante con los compases que marca su danza.
Por su parte, la dama se dedica fundamentalmente a efectuar el acompañamiento de la creatividad coreográfica de su pareja, realizando moderados requiebros de hombros y cintura, de acuerdo con la cadencia del ritmo que se baila.
El chamamé es una danza de "pareja enlazada", porque el caballero toma con la mano izquierda la derecha de la dama, a la que mantiene a la altura de su hombro o apoyando en su cintura, mientras que con su mano derecha la toma de la cintura o de la zona media de la espalda. La mano izquierda de la dama se apoya sobre el hombro derecho del caballero. Ambos quiebran sus cinturas para juntar las partes superiores de sus torsos. Entrecruzando sus cabezas hasta quedar mejilla con mejilla o reclinar su cabeza en el hombro de su acompañante.
Esta danza no se rige por una determinada coreografía de conjunto, lo que da ocasión de lucimiento a creadores de paso y figuras.

Pasos característicos del chamamé
Trancado o trancadito: es el paso se realiza adelantando el pie izquierdo acompasadamente, apoyando el cuerpo sobre el mismo, con un leve requiebro. Por su parte el pie derecho se aproxima al izquierdo, apoyándose en "media punta", conformando así la denominada trancada o trancadita . Luego, con una doble flexión de rodillas, se eleva el cuerpo hasta lograr la posición original para recomenzar el movimiento cambiando el pie.
Durante todo este movimiento el bamboleo del torso a izquierda y derecha, va marcando el compás de la música.
Arrastrado o quebrado: Este es un paso de raigambre en la zona central de la provincia de corrientes (Mercedes, Curuzú Cuatiá, etc.). Este movimiento comienza deslizando el pie izquierdo hacia delante en forma de semiovalo , realizando al mismo tiempo una gran flexión de rodillas que permite la caída o "zambullida" hacia delante, con todo el cuerpo. Luego, el pie derecho se arrastra de igual manera buscando al izquierdo, permitiéndose así recobrar la verticalidad del cuerpo con cadencia y suavidad. Una vez llegado a la postura original los bailarines quedan detenidos por una fracción de segundos, como "tanteándole" a la música antes de sacar el otro pie para realizar la misma figura hacia el otro lado.

Ritmos característicos del Chamamé
Kireí (Brioso): Este es un ritmo vibrante que permite el lucimiento del zapateador. Existen dos estilos típicos para bailarlo. Uno es zapatearlo del principio al fin. El otro, es alternado el zapateo con los pasos del baile Trancado o Arrastrado, en cualquiera de sus modalidades.Cangüí (Lento-cadencioso): Este ritmo por su lentitud no permite prácticamente el zapateo. Además, es la suavidad de su melodía y la cadencia de su música, lo que permite que se haya constituído (junto al rasguido doble), en el ritmo ideal para efectuar las conquistas amorosas del paisano. Aquí se entremezclan indistintamente los pasos de baile característicos enunciados anteriormente.

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