domingo, 25 de julio de 2010

Danzas Argentinas!!!

El Candombe
La palabra candombe aparece por primera vez en una crónica del escritor Isidoro de María (1808–1829). Su génesis se remonta hacia fines del siglo XVIII en el Uruguay y en Argentina, con su característico tamboril y sus personajes prototípicos. Originalmente concebida como pantomima de la coronación de los reyes congos, imitando en la vestimenta y en ciertas figuras coreográficas, las costumbres de los reyes blancos, aunó elementos de la religión bantú y la católica. En una etapa inicial se enriqueció con figuras de contradanza, cuadrilla y otros elementos coreográficos asimilados hábilmente de la cultura blanca. En la ciudad de Buenos Aires, los barrios de San Telmo, Monserrat, La Concepción y Santa Lucía, congregaban multitudes al compás de su ritmo. Fue decreciendo paralelamente con la extinción de la raza negra, diezmada por las guerras y epidemias, y con el caudal inmigratorio que desplazó a los morenos del servicio doméstico, de los oficios artesanales y también de los puestos callejeros.

El Carnavalito
Pertenece al grupo de las grandes danzas colectivas, es jovial, se ejecuta alegremente a modo de juego inocente y familiar. Se bailó en América desde antes del descubrimiento; ha perdurado y hoy sigue practicándose en la región del NOA, especialmente en el centro y norte de Salta y Jujuy. Los bailarines suelen moverse en torno a los músicos o en hilera. Una mujer o un hombre con un pañuelo (a veces un banderín con cintas) en la mano se encarga de dirigir a los demás. Todos cantan la misma copla o entrecruzan improvisaciones. Los danzantes forman filas del brazo o de la mano, también lo hacen los niños y hasta los lactantes sujetos a la espalda de las madres. Las figuras son sencillas: apenas la rueda, la doble rueda, la hilera de itinerario libre y algunas pocas más. Es común el trote, que consiste en una larga fila que forman los bailarines de a dos, tomándose del brazo.

El Chamamé
Es una modalidad musical y coreográfica con epicentro en la Provincia de Corrientes, muy extendida también a las de Chaco, Formosa, Misiones y norte de Entre Ríos. El sur de Misiones y parte del este de Formosa participan de su vigencia, aunque comparten preferencias con la polka y las especies secundarias emparentadas (galopa, guarania, etc.). En su origen se integraron los rasgos culturales del guaraní y del español. Según el célebre compositor Antonio Tarragó Ros: “En el Archivo de Indias, en España, hay documentación que demuestra que nuestra música ya existía cuando llegaron las misiones jesuíticas a Yapeyú. Los jesuitas instalaron en esa zona la fabricación más grande de instrumentos musicales del Río de la Plata y se cree que el acordeón nos llegó con ellos, para suplantar al órgano en la liturgia. Lo cierto es que al chamamé le vino bien por la escala diatónica y así se fue incorporando. En la época de la colonia las damas de la sociedad aprendían a bailarlo con maestros indios". Consiste en una danza en la que los cuerpos de las parejas se estrechan entre sí, plena de gracia y fino erotismo.

El Cielito
Se trata de una danza criolla de pareja suelta y pertenece a la generación de las graves como el pericón. Su coreografía adopta modalidades propias de los bailes picarescos y alegres, como los castañeteos y los movimientos ingeniosos.

El Cuando
Consiste en una danza cortesana bailada desde principios del siglo XIX, tanto en los ambientes rurales, como en los salones patricios o aristocráticos. Su difusión alcanzó las regiones de Cuyo, Centro y Sur. De pareja suelta e independiente, con aire de minué y de gato, combina en su coreografía múltiples pasos: grave simple (iniciado con pie derecho), pasos naturales y paso básico (iniciado con pie izquierdo).



El gato
Es una danza criolla alegre que puede ser ejecutada por una o dos parejas. Se bailó en nuestro país desde antes de 1820 y nos llegó posiblemente desde el Perú, extendiéndose en la campaña hasta la Provincia de Córdoba y luego hacia todo el país. Bailado por todas las clases sociales, representa un discreto juego amoroso donde el caballero simula cortejar a la dama y, persiguiéndola, trata de conquistarla; luce para ella las mejores figuras en sus zapateos, realizando a veces increíbles piruetas hasta obtener su correspondencia en la coronación final. Se convirtió, sin lugar a dudas, en el más popular de los bailes de la llanura, al igual que el malambo, y se lo conoció también con otros nombres como: "gato mis–mis", "mis–mis" o "perdiz”. Era raro antaño, que el gaucho no supiese rasguear un poco la guitarra y entonar las coplas del "gato" o los repetidos acordes del "malambo", motivo por el cual devino en uno de los bailes más elegidos.

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